Nuevos concepto para una
nueva política económica
Chris Zappone
Ambientalismo, sostenibilidad, democracia y localismo:palabras que pueden salvar a la globalización
La democracia, que en la práctica es tan confusa y contradictoria, ha tenido últimamente un pequeño florecimiento. Los ciudadanos del mundo entero agradecen a George W. Busch por aplicar en su país el estilo de la política sur Americana, propiciando de este modo lo que bien podría constituirse en una respuesta generacional de la izquierda norteamericana.
Aunque hay que reconocer que es una muy blanda contra-revolución, se vislumbra un tono moderado como respuesta a la política de los baby boomers. Estos libraron grandes batallas ideológicas que hasta ahora no dan frutos, y más bien nos están llevando hacia un estado de paralización que causa mucho daño.
La misma generación que fue responsable por la aparición de La Nueva Izquierda de los años 1960s, trajo al mundo el movimiento conservador y el surgimiento de los súper activos evangelizadores políticos de los 90s. La larga vida en el mando de John Howard (actual gobernante australiano) fue ayudada por la corriente popular que tuvo un rasgo xenofóbico, y personificado por Pauline Hanson (política australiana de mucha influencia, su política es de tendencia populista, y anti inmigracionista). Y hasta el surgimiento de los talibanes y su esfuerzo milenario por radicalizar al Islam, son un producto de nuestro tiempo. Políticamente, los baby boomers siempre han virado hacia los extremos.
En el mundo árabe su pequeña clase media está con un pie en el occidente. Ellos tienen un desmedido afán por las posesiones, pero sin quitar ojo al deseo islamita por lo que hay de sagrado en el mundo. El desequilibrio entre el comercio de occidente y la religión del Medio Oriente nos muestra el desbalance que existe, esto fue agravándose en los últimos veinte años por la falta de rumbo en la política.
Sin embargo, el muy humano deseo de encontrar un mundo bien balanceado, es algo innato en la gente. Sería un error pensar que el deseo por lo sagrado es solo exclusivo del medio oriente. La retórica que siguió a la elección de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos, reforzó la secular búsqueda de ideales para llevarlos al oeste después de décadas de estar tras lo material y de una religión reaccionaria.
De todas maneras habrá una necesidad, ya sea retórica o de acción, para afirmar el concepto de valorar el trabajo, la vida y el mundo en su conjunto porque van más allá de un precio. Esto ha sido siempre el componente que faltó a la globalización.
Cualquier idea que surja para suplantar al cuento de la globalización, es posible que lleve consigo un elemento de idealismo, muy necesario para dar sentido a la vida de las gentes.
El ambientalismo, la sostenibilidad, la democracia y el localismo claman, por la necesidad de valorar al mundo (a la gente) no sólo yendo a la billetera sino también tomando en cuenta al alma, hasta cierto punto, es decir. Cualquiera de estas ideas es probable que sean adosadas en forma imperfecta, o a medias a otro concepto, quizás nuevo, que defina la política económica global en los años venideros.
Chris Zappone es un reputado periodista australiano especializado en temas económicos. Zappone está en Twitter
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